
Lo difícil no es morir, sino seguir viviendo.
Vladimir Mayakovski
Lleva su tiempo, pero según mi abatido pensamiento, ese tan inestable y muchas veces detestable, el resultado aparente es que voy logrando lo que parecía imposible. Las cosas que caen sobre mí como proyectiles, cada vez pierden fuerza y los cráteres que producen se convierten en simples charcos que de profundos muy poco tienen. ¡Cómo costó aceptar que esas fotografías viejas y olvidadas tenían que dejarse colar por las alcantarillas de aquella ciudad solitaria!.
Finalmente me di cuenta: aquello que me iluminaba no era real, eran las distantes lunas alimentadas por centrales eléctricas. Los pasos que me hacían creer que no estaba solo eran en realidad el eco de mis propias ilusiones truncadas por el golpe seco de un impacto inesperado, del que inexplicablemente me repongo poco a poco. Me quiero levantar.