"No queremos el espacio como tumba decorada para nuestro cuerpo vivo".
El Lissitzky
El Lissitzky
Terminan cerrandose en su propia circunferencia los temas que, por comodidad, por afinidad o por puro gusto, uno toma como propios. A mí por ejemplo, las líneas rectas, los blokes y la indumentaria mecánica de poleas y andamios, que no por azar, sino por experiencias anteriores, por paralelismos [des]evolucionados, por escabullirme de las creencias más puras sobre la mancha y por un extenso rollo de intercambios humano-humano/humano-entorno que prefiero hacer circular a lo largo de mis sistemas de organización cíclica, pasan de tanto en tanto frente a mis ojos y lo cuestiono.
En general no podría yo sentirme cómodo sin delimitar los espacios, aunque trazar rectas no signifique para todos escencialmente una actividad liberadora. La recta no es el fin último, y que lo diga mi ausente herramienta para trazarlas. Es la noción de representar vertical vs. horizontal que al final es lo que nos tiene inmersos en un equilibrio que nos dice el arriba y el abajo y a partir de ahí jugamos con una diagonal que podrá o no, quitarnos el equilibrio y crear tensión.
Ahora, en este momento, y a partir de conversaciones sobre ésto con el compa Pablo, parece ser que el tema de meter en una caja y guardar: "el significado" se las trae y no tengo intención alguna de pre-concebir o encaminar lecturas a partir de las figuras, blokes, líneas o trazos que haga. A lo mejor quedará libre la ruta, y las lecturas de esto o aquello terminen por explotar en todas direcciones.
Pienso que poco a poco (y para dicha del universo) aquello de "entender obras" a la manera esnobista, de contenido conceptual del peso de un bloke de plomo y del "saber para entender" al menos para mí, quedará sumergido el tiempo que sea necesario para que lance el último suspiro ahogado. Seré optimista