PORCINOLOSABIAS...

Porcino lo habías pensado, aceptaría todos los besos tuyos por más fiebre porcina. ñak

FLOR

Ayer iba caminando y en medio de ésta selva, toda de concreto, encontré una de aquellas flores que veíamos caer como helicópteros: y me acordé de vos.

DIEZIZEIS

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Cambiaste de tiempo y de amor
y de música y de ideas
Cambiaste de sexo y de Dios
de color y de fronteras
pero en sí, nada más cambiarás
y un sensual abandono vendrá y el fin...

Fueron enteros, luego añicos. Rompecabezas y luego añicos. Supieron ser piezas de imágenes distintas. Así formó ella espirales y él devoraba líneas imaginarias a cada paso. Pintaba ella todos los amarillos posibles y él escupía con rabia escarlata. Quedaron añicos con el peso del tiempo frío. Ella sigue calzando las piezas en mundos dispares, él disparando pasos buscándola, queriendo quedar amarillo de cuerpo entero aunque ella finja, ahora, tonos naranja.

IA-MA-DO 11-5-09

Esta es una llamada muda, un pedido de auxilio cabizbajo (si no derrotado). El más
gris de los últimos aleteos desesperados fuera del agua. El penúltimo tic-tac de tu reloj
antes de que suene la alarma que te pone cama-fuera y te regresa a tus días agitados.
Es ese último pinchazo al apagador antes de que una centella te avise que el bombillo no
dio para más. Esas señales silenciosas que no piden abrazos a gritos, pero suplican caricias
con susurros. El momento en que la bandera deja de ondear, o lo molinos se detienen y se
oxidan por desuso. Es ese momento exacto en el que no sabés si quedarte solo o hacerte amigo
de las pocas sombras que inventás proyectadas tras la muerte del bombillo. El momento en que ves cómo dos agujas se convierten en una; justo por debajo del número en punto que te amanece. Cuando terminás de cansarte de aletear y el agua entra en tus pulmones grises. Ahora tu cabeza, tu barbilla toca tu pecho
y el llamado se pone mudo...

MIRA MIRA [MAR]

MIRA MIRA, APRENDÍ ALGO DE CODIGOS.. SOY AHORA TODO UN FREAKCILLO... ÑAAK!

QUE NO CAIGAN 9-4-09




Algun@s odiaremos cuando los caleidoscopios caigan en las estúpidas manos de las modas retro y también odiaremos cuando se hable de los Magníficos con una fingida voz entusiasta por lo retro. Nosotr@s queremos los caleidoscopios y los Magníficos por razones más profundas, como encía subterránea por las drogas alucinógenas. Que no tengan la suerte de los cassettes sacados del olvido para pasearse por las pasarelas de lo contemporáneo.
He dicho.
Dos días de llamarme Beto, de haber zarpado y de cosumirme entre un cerebro refractado, viendo pasar las horas entre el sueño y mis realidades distorsionadas, sólo aferrado a la locura de los compas. Caminando por la ruta de adoquines que ya hemos pasado una y otra vez esperando a que se nos baje la nube que llevamos por carruaje. Añejos de venerar dioses paganos y disputando juegos de fútbol con las divinidades más populares. Ésta vida que despinta espirales y deshoja margaritas me tiene dando vueltas. Me tiene más gefirofóbico que nunca, por eso me quedo en la orilla aunque me tiendan puentes coloridos con albas como adornos llamativos en el horizonte. La gente conversa y en el transcurso de sus vocales desarrollan síndromes de lengua extranjera, y luego nadie sabe qué significa porque hablan en gelatina. Todo pasa en dos días y mi nombre tampoco es el mismo, ahora soy Beto.

ÑAK ÑAK

IGUAL 4-4-09

Después de vos, no volví a ver a las margaritas igual. (Aunque nunca lo leás o aunque no te importe)

3/4/09

Aún se escuchan sonoros los sollozos, estridentes los recuerdos. Y la mirada silenciosa mía se extiende y se proyecta como plaga por la lejanía tuya. Aún sin encontrarte, verte, saberte, tenerte, conocerte, besarte; otra vez. Continúa saliendo a borbollones aquello con lo que inundé todo lo posible y sigo reparando las fisuras por donde dejé que todo se escapara, tan tranquilo como cuando dije la última palabra que no era mía, era nuestra y creía estúpido en un futuro, no mejor ni peor, en un futuro cualquiera pero sin ausencia. Ahora escribo todo hacia adentro, sin salir del quicio. Quedándome de mirada punzante sobre cualquier cosa, mientras las imágenes añejas me bailan y me cuentan que aquí no hay nada que llorar.