24-VII-08

Pasa, como ahora, que todos y todas tienen algo que hacer fuera de la casa que implica movimiento, y yo en cambio me quedo; sólo porque es el momento en el que tanto la circunstancia como todo yo de pies a cabeza somos una misma cosa. La casa tan vacía y tan callada también se une al grupo de metáforas desgraciadas que me bailan alrededor y sólo me recuerdan lo que soy.

Es esta soledad y más aún, las ganas de seguir en lo mismo al no conocer otra opción, lo que me tiene aquí escribiendo esto al calor de cuartos vacíos donde sólo quedan las cobijas estáticas producto del último movimiento de quien se levantó en la mañana. Veo las tazas del té que no dio tiempo tomarse y a lo mejor algún recado sobre la mesa con el lápiz a un lado.

Hoy es un día de esos que quiero que pasen rápido y no porque mañana vaya a hacer algo interesante o diferente a lo que debo aguantar hoy, sino porque sólo quiero que pase. Hoy huele a tristeza y a traición, a lo mejor a alguna butaca de cine ajena, cosas de las que sólo un duende se atravería a contarme (si existieran). También huele a una terrible secuela de un sueño que no sé porqué aún recibo de mi inconsciente y que es más probable ver a Oscar Arias domando gorilas a que eso pase (¡Hijueputa, pero si eso ya está pasando!), entonces imaginen ustedes algo improbable. Es recuperar lo que está perdido y que sólo con una máscara de desconocido sería capaz de no ser odiado.

Suelo cortar lo que escribo así de golpe, o al menos a mí me parece, la deficiencia más grande es no saber cómo poner el punto final. Tal vez eso sea lo que me pasa a mí y por eso sigo soñando esas cosas y sintiendome así. Me niego a rendirme y quiero seguir luchando, pero la ironía es tan grande que ya ves... ¡No puedo ni atacar ni huir de esta trinchera!

COCHAMBRE-Y-NO-EL-RATON

Este texto fue escrito la noche del 22 de julio, a lo mejor producto del aburrimiento de uno, a lo mejor de las ganas y las posibilidades nubladas de lograr ir a la playa de la otra. Escrito a dúo al estilo Pimpinela con muy poco de coherente y bastante de Cochambre o de Yeicol. De todas formas no interesa como bien lo decimos.
Escrito por Popsurmenage y Schindleria Praematurus, este ¿servidor?.
A la memoria de Webster. Ay

Me presento, soy Cochambre y concuerdo con usted, pero subo las gradas en silencio.
Sé que es inútil y que nada de lo que me espera arriba es mejor de lo que hay aquí, pero en vista de esta situación creo que no hay una mejor opción.
Podría saltarle al perro que camina o al sombrero de la vieja que se asusta con caca, escojo el segundo y por eso voy rumbo a la carnicería, si tienen salchichón, esta vez sería mejor la decisión. Se me ha ocurrido una buena idea para ahorrarnos a ud, a mí, al carnicero, a la vieja y al sombrero de la vieja toda esta tragedia, pero tristemente la he olvidado. Ud entenderá que su bienestar, sinceramente, no es para mi la gran cosa.
Nosotros tres venimos cargando las letras, creo que no hay problema haber llegado tarde. De todas formas se dejan para lo último: es costumbre ponerle FIN a las cosas y si usted no se niega, las ponemos juntitas en esta esquina. F I N

PATAS ARRIBA - Eduardo Galeano


ESPERA 2

Cuando la espera y la pereza tramitosa corroe mi mente y las personas que tengo al frente mutan sólo para divertirme...

ESPERA 1


-GRITO-ANATOMICO-

























20-VII-08

Me interesó saber qué se mueve en la garganta, busqué ese gráfico, ¿ves?. ¿Qué se afecta terriblemente cuando decido explotar gritandole al Sol o a lo que tenga en frente cuando me siento así?. Aprendí que no quisera ser mi epiglotis, mi amígdala palatina o mi esófago. Sé que a lo mejor a la lengua no le afecta tanto, como sí al sonido o lo que diga con mi grito, al igual que al paladar duro o a la nariz, que se burla por estar lejos, no les afecta.
Hago resonar las cuerdas vocales como instrumento irracional que cayó en la locura de algún quién. Le grito a la nada y envío en decibeles lo que nadie se atrevería a guardarse en su tráquea. Los tejidos de las mejillas vibran al son del alarido y con suerte hasta podés sentir cosquillas. Esto de gritar te libera por momentos, no quiero pasarme la vida gritando por motivos tan inútiles, más bien quisiera que mi grito se perdiera entre millones de los mismos. Pero por el momento, en vez de gritar por calles deshabitadas y destruídas; quisiera susurrarte al oído y hablarte en voz baja aunque estés dormida. Quisiera que de mi boca sólo salgan frases bien dichas, en el volumen necesario y no seguir como ahora: gritando como si quisiera llamarte sabiendo que te tapás los oídos...

-GOMA-Y-TIJERAS-

19-VII-08
¡Goma y tijeras!
Mirá a esa familia en la basílica.
Paseo de sábado por la mañana.
Se acercan los carroñeros
con cámaras, reportero y guiones.
Entrevistan, se equivocan. Lo repiten.
Así te arman la historia.
Recorder, micrófono y libreta.
Te mueven,
te dicen qué hacer,
qué decir;
sos marioneta,
te prometen que saldrás en tele al terminar la novela.
Una familia en la basílica, una historia armada por la mass media.
Hoy me tocó ver cómo ponen a actuar a la gente, a una familia entera.
Verás como se revuelcan en la carroña, en la carne putrefacta;
los verás hoy en la noche o mañana,
los verás en dos semanas
y los meses siguientes armándote más historias.
Vi como nada de eso es cierto... ¡Intenten manipularme y les vuelo los dientes, bola de hijueputas!

HOY


(la imagen puede NO tener relacion alguna con el texto, incluso puede tener tal incoherencia que simplemente no me importa)
18-VII-08
Para contar las monedas y verificar que aún tengo la cabeza sobre mis hombros. Para tirar la puerta de un taxista que no quiso llevarme y gritarle en silencio, con sólo miradas mi desgracia y mi ira a través de la ventana, él no tiene por qué ser víctima de eso -pensé hasta después- ni yo tampoco. Para evaporar de mis poros el alcohol y erradicar de mi boca el amargo de alguna ausencia que ya no quiero recordar más que para sustituirla por una sonrisa desubicada y esporádica. Para ver que no hay nada perdido, que los ojos aún pueden admirar los colores refractados en las botellas aunque estén vacías.
Recuerdo el olor de la calle, y los focos de los carros en las noches frías que me llaman de nuevo encandilándome y estoy listo para perderme en aceras adoquinadas manchadas de tiempo transcurrido, pasos y tropiezos de caras enrojecidas. Volver al movimiento paralelo de luces rojas que serpentean por las calles y ver la silueta del faquir que no me conoce, pero yo conozco de dónde vienen las llamas. Para volver a contar las monedas y montarme en un bus que será el último de la noche, con mi cabeza puesta observo al señor de corbata que lee el periódico de ayer, estando nosotros en el hoy, no le importa. Cierro los ojos y pienso en esta historia.

EL-AYER-QUE-NO-ABURRE

17-VII-08

Los hombres han construido ciudades, casas donde se amontonan, estropean la tierra, se ahogan y estorban unos a otros... ¿Es eso vivir?

No se trata de recordar esa búsqueda inútil de balcones babilónicos o de recoger resistencias de la basura y recibir del antiguo dueño (hoy exitoso oportunista) alguna oferta tipo 2x1 que rechacé. No se trata de recordar las peripecias que nos hizo evadir realidades y revolcar recuerdos cada quien por su lado (muchos amargos, pocos felices) como quien le da vuelta al arroz porque se quema y ves salir el humo desde abajo, a borbotones. Además Carlos ya se dispuso a (an)arquear las cejas por segunda vez [1]. Entonces, lo que me corresponde sólo por ser consecuente con esto que siento es verlo desde el otro lado, desde la otra orilla y tener que recojer los pedazos que han caído después del terremoto que no esperaba, después de una alegría que uno jamás podría predecir, menos en este momento, menos si planeaba sumergirme en los trámites y la lluvia sin paraguas; que al final ni lo primero ni la segunda.
Esas alegrías inesperadas son las que duelen al día siguiente. Porque sabés que eso fue, estuvo ayer y ahora queda la vida como venía de antes (Algo así como cuando por alguna razón el bus toma una ruta alterna, te alegrás por eso, pero al día siguiente todo igual). Sigo como he estado siempre, pensando en los detalles diminutos de siempre que me llenan cada vez menos, pienso en las matas que crecen en las paredes y recuerdo. Me da nostalgia pensar, por ejemplo, en que nos siguió el perro, y nos perdimos entre calles olvidadas con cualquier rumbo. ¡Desechando aventuras a Limón a causa de mi vértigo hijueputa!. Me veo en un recuerdo, y mentí al principio cuando dije que no se trataba de recordar; ¡Por supuesto que es sobre recordar! Intentar sos-tener la sonrisa de ayer a punta de conexiones mal soldadas y unidas con mecates de tristezas roídas por el hoy. No te puedo contar algo sobre hoy, porque no pasó nada interesante, me subí al bus de la rutina, rodeado de más gente como yo. Caras tristes y comentarios en voz baja. Volví a la ruta de siempre y quiero regresar y encontrar al perro y seguirlo sin perderlo de vista.



[1] http://hitzonzikeria.blogspot.com/2008/07/andanzas-para-anarquear-las-cejas-ii.html,

BLA

15-VII-08
Hoy no me inspira un rap con sabor a tequila, ni conversaciones con olor a humo alucinógeno como en otras ocasiones. No me inspiran porque hoy me considero muerto. Muerto de aburrimiento y de tristeza, de saber que aquello estará lejos siempre y que está tan alto como cuando no llegaba a las gavetas ni con el banco puesto. Me considero muerto y sobre mis huesos suena un vals fúnebre del que no recuerdo la letra, porque no tiene letra. No me mataron las balas, envenenadas de indiferencia; una a una pasaron lejos de mis sienes, tan lejos que pude ver su trayectoria a lo largo del tiempo. No trato de hacer que sientan lástima, ni mucho menos que se conmuevan. Odio los ´´pobrecito´´, está de más decirlo. Sólo sepan que el mundo no es tan feliz como lees en las revistas Tú, Vogue o Tía Zelmira. Y que afuera pasan muchas cosas, apenas para estar así, apagado de ánimo y frustrado de fuerzas. Lo único que me despierta con estusiasmo, y sintiendo los latidos fuertes, tan fuertes como golpes de pasos decididos son los golpes lejanos. Saber que alguna lucha se aproxima, aunque no sea aquí, eso es algo y ya hasta me levanto con desgano a esperar los golpes y más balas que a lo mejor encuentren una sien o dos pulmones respirando el humo coloreado.

Лада Нива!!!!






ANTES





1era semana




2da semana


Влади́мир Маяко́вский * (1893-1930)


Pasá por aquí cosmonauta amarillo.

Llevame a quedar eterno como tu huella,

como tu muerte prematura

que llenó de versos la bandera roja;

y mi memoria la trayectoria de balas.

Quisiera vivir tu época, Vladimir.

Pasá por aquí, respondé mis cartas

¿Es posible que seiscientos verste

sean una cosa tan grande?
*Vladimir Maiakovsky

-ULTIMO-DIA-JUNIO-


Decidí abrir los ojos,

querer verte de nuevo. no desaparecer.

Lograr las palabras sin repetirme.

Vi pasar la vida lentamente, el mundo a la velocidad de mis deseos.

Estuve muerto y no quise cerrar los ojos. Tuve miedo de quedarme ahí...

Podés engañar pero no podés engañarte, cobarde. Cuando te diste cuenta estabas repitiendo el tiempo, tu tiempo. Viendote las manos amarillas y no tenías control sobre tu cuerpo. Haciendo la fila, saliéndote de ella, caminando hacia las puertas rojas y volviendo a la fila. Lo hiciste tres veces o cuatro. Luego perdiste la razón y te diste cuenta que estabas en la nada, paseándote por paisajes de arlequín con celeste y con morado, la mesa al frente y no te dio tiempo, ya habías chocado con el concreto arenoso. El camino era ameno y no sentiste dolor, viéndolo todo en los cuadrados que se colaban por tus retinas.
Caminaste a la salida y las caras te observaban repetidas porque no sabían que eras el dueño del tiempo... Dabas pasos fuertes, escuché la rampa metálica sonar, ibas seguro y yo simplemente era tu testigo, el que te acompaña mientras otros te abandonan; como quien te quiso de mentira un día y ahora te deja caer ensangrentado al abismo. Sentí ese cuadrado café en mi pecho, atravezado por la línea blanca infinita y la mirada se perdió en los ojos de una cara aturdida en el reloj de la pared.
Elegí mantener los ojos abiertos, no quedarme en los dominios de la locura; queriendo verte otra vez y ni así. Detuve el tiempo todo lo que quise y logré hacerme tan pequeño como tu recuerdo entre las paredes blancas. Sé que no pude verte en mi trayecto a las estrellas porque nada de eso existe, ni las voces ni la sensación de que estás, de que querés contestar. Aturdido logré entender y el sueño se convirtió en mi enemigo, no me bastó llegar tan alto, caí y enterraste mis huesos con la mierda de tus palabras para siempre.