BLA

15-VII-08
Hoy no me inspira un rap con sabor a tequila, ni conversaciones con olor a humo alucinógeno como en otras ocasiones. No me inspiran porque hoy me considero muerto. Muerto de aburrimiento y de tristeza, de saber que aquello estará lejos siempre y que está tan alto como cuando no llegaba a las gavetas ni con el banco puesto. Me considero muerto y sobre mis huesos suena un vals fúnebre del que no recuerdo la letra, porque no tiene letra. No me mataron las balas, envenenadas de indiferencia; una a una pasaron lejos de mis sienes, tan lejos que pude ver su trayectoria a lo largo del tiempo. No trato de hacer que sientan lástima, ni mucho menos que se conmuevan. Odio los ´´pobrecito´´, está de más decirlo. Sólo sepan que el mundo no es tan feliz como lees en las revistas Tú, Vogue o Tía Zelmira. Y que afuera pasan muchas cosas, apenas para estar así, apagado de ánimo y frustrado de fuerzas. Lo único que me despierta con estusiasmo, y sintiendo los latidos fuertes, tan fuertes como golpes de pasos decididos son los golpes lejanos. Saber que alguna lucha se aproxima, aunque no sea aquí, eso es algo y ya hasta me levanto con desgano a esperar los golpes y más balas que a lo mejor encuentren una sien o dos pulmones respirando el humo coloreado.

2 comentarios:

Uno que mira dijo...

Caramba, camarada, ¡qué cosa!, qué contundente corte en la cuerda correcta, qué correspondencia con quien comprende y comparte, es decir, conmigo.

Judith Limo dijo...

hey gracias por tu comment y la visita. un beso.