A mí me conocían por despintar a lo que aun le quedaba un tono pálido como mucho o por pretender desarmar la maquinaria entera a punta de madrazos, hoy sé que a punta de muchas manos empujando juntas no se logra, pero al menos se intenta. A mi me conocían por negar todo intento de sonrisa por más sarcástica o sardónica que fuera, hoy me conocen los que me conocen por la sonrisa que cargo después de conocer a quien hoy me conoce y a quien en parte le debo el despojo de amargura que veo a lo lejos: eso era yo y eso era éste espacio escarlata que se transforma y del que queda registro de ya varios octubres y noviembres obsoletos. Es mi único registro concreto, el que nunca he dejado en las bancas o en los buses, el que me sirve para guardarme para mí y para quien putas le dé la gana asomarse, todo esto que me importa y que me transforma.

PD: no en vano está esta entrada debajo, de ésto he aprendido, señorinas y señorinos. Arsmoriendi

1 comentario:

Sil dijo...

Hola, ey que interesante el blog! me anoto para pasar a visitar..
muchos saludos desde el surcito, argentina.