2-X-09

Cuando nos supimos dentro de ese nuevo y temporal país de varillas enmarañadas y concreto gris, ya era tarde. Éramos devorados -de forma voluntaria de parte nuestra- por la gran bocota del capitalismo chino en su máxima expresión. Las miradas hostiles vigilaban con desinterés desde cada puesto de los cientos que ocupan los habitantes/obreros del país chino en La Sabana, ese pequeño y nuevo que cuenta con territorio propio y del que nacen como salidos de la misma tierra los edificios prefabricados, así como si contaran con auténticos centros de poder: el comedor, los cuartos de sueños hacinados, las pilas donde los tubos tienen más espacio entre sí que los cuerpos dormidos por las noches y la sala del médico que revisa esquirlas en los ojos o heridas abiertas que a nadie preocupan por la condición numeral de los obreros.
Ninguno hablaba nuestro idioma -o más bien, ninguno de nosotros: Mar o yo, hablábamos el de ellos- Todo tenía colores distintos, los uniformes tan acordes con la estética recargada china de tonos que para nuestras retinas "occidentales" se pasan de saturación y de fucsia. Los rótulos, los camiones, las cajas y los avisos los leíamos en chino [o no] y por un momento, debo decir, me sentí intimidado por tantas miradas inexpresivas que pese a todo, les intrigaba el hecho de ver a dos peleles costarricenses pala en mano dándose vueltas por el “glorioso” y engañoso nuevo Estadio Nacional que ellos tienen a sus espaldas maltratadas; gracias a lo que serán los continuos embates por el culo de la potencia económica asíatica por los siglos de los siglos a nuestra ya de por sí violada soberanía -o como se supone que eso se llamaba- este país que nos canta una y otra vez de fecundas labores y pacifismo-cómplice de piernas abiertas.
Nosotros por nuestra parte, rechazamos los excesos de una economía macabra simbolizada por la tierra de más que nuestro pequeño transporte no podía contener, gracias a la que dejó a punto de estallar las cuatro llantas con el peso de la incomunicación y con la que luchabamos a pesar de las ampollas que llevamos hoy y que vemos entre sonrisas y sentimiento bizarro que nos lo recuerda. Un día 2 de sabor extraño con tintes de maldito, un 2 de Tlatelolcos y masacres en el zócalo. De optimismos ensuciados y abrazos en brazos sucios que yo sencillamente disfruté y me alegré de tener fuerzas para empujar contra la maquinaria entera, mano a mano, en-mar-añado al lado tuyo.

4 comentarios:

rIcK SanUg dijo...

como siempre un texto que grita más de lo que está escrito. Parece que por lo menos yo leo lo suyo y ud lee lo que a veces pongo, por cierto puse el inicio de un cuento...

carasmo dijo...

me quedé pensando en la saturación, no solo de colores, culturas, (o inculturas) de estupidez, de "homenajes" millonarios a empresas retrasadas... de hacinamiento y bien que mal esclavitud velada por toneladas de polvo y arroz.

ramar dijo...

Compañero pelele: Es ud además de lo ya dicho personalmente, un maravilloso recordador:Así infinitas gracias por las huellas en manos, por las risas en paseo colón-axila sudada y por los nuevos idiomas que nunca entendí.
ah, y lo olvidaba... el otro viernes debemos volver... puedes?

_ dijo...

poder siempre y cuando pick up quiera repetir.