MI-ENFERMEDAD-Больных

2-2-09
Es hora de hacer el diagnóstico, deje de asomarse a los libros de medicina como si de paleta de colores usted eligiera sus males. ¿Cómo que riñones? Sé que ha tenido alguna exposición a hidrocarburos aromáticos o al humo del tabaco, que tiene usted dolor en los flancos y fiebre, pero aún no masa palpable, queda descartado. Queda claro que algunas dosis de broncodilatadores, catecolaminas, corticosteroides, metilxantinas o cromolín sódico no van a acabar con su idea estúpida de un broncoespasmo o lo que sea que usted se imagine que podría estar sucediendo. Lo de las altas temperaturas, vea usted, échele la culpa al hipotálamo; también culpable de las deudas, pero olvídese de alguna afección cardíaca que un grado y medio de más pueda significar por más Mosby o Merck esté usted leyendo.
El dignóstico es sencillo, usted está enfermo de compañía, es un caso crónico. Entonces, escúcheme con atención: Espere el bus todos los días en la parada de siempre, espere a verla llegar, fíjese en la flor que lleva en la cabeza, intente adivinar los colores dispares de las medias, conversele y va a ver como se mejora pronto. No me llame hasta que no haya seguido la receta al pie de la letra. ¡Ah, y no siga leyendo los manuales de medicina que va a terminar alquilando males por puro bruto!

1 comentario:

Uno que mira dijo...

Jajaja. Este texto merece por comentario un abrazo compañero, compañero.