TITANES-EN-EL-RING

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¿Será por eso que seguía la lucha libre? Y no como se sigue el camino de pedazos de pan de un tarado pulgarcito o se sigue cortando el pan después de haberse cortado los dedos. Yo seguía la lucha libre desde niño, me gustaba ver como esos tipos fingían caídas o golpes propinados a tantísimos centímetros de distancia del objetivo que no había ángulos o efecto que lo hiciera parecer real. Como Carlos me dijo, a él siempre le pareció una farsa. Y yo sabía que era una farsa, sabía de farsas evidentes como que la patada había golpeado al ring y no al contrincante o que quienes comentaban las acciones sufrían de algún extraño tipo de exitación exagerada.
A lo mejor yo seguía la lucha libre porque sabía que era una farsa, pero ésta al menos era una que se podía disfrutar diferente. Las farsas que nos ocupan ahora nos dirigen golpes directos al hígado, golpean hasta desangrarnos, nos tumban boca-abajo y además (sí) también son televisadas, y dejan de ser farsa hasta que las vemos. Así que pienso, y se me ocurre preguntar: Quien sepa de una farsa más divertida que Titanes en el Ring dígamelo...

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