16/XII/08

16/XII/08

Parece ser por la distancia. Las sonrisas, pese a las teclas de distancia son sonrisas. No hay ilusión ni viajes intergalácticos de la imaginación. No hay galaxias lejanas ni más palabras con equis. Hay frases intercalando el negro y el turquesa, saludando pasados y ya no más tristezas. Las mismas caras, los trazos y las manos; la misma música y la que ahora abrazo por mi cuenta. Las mismas horas que pasaba despierto sólo que la luz se proyecta ahora dispersa, desde otro ángulo y desde otras fronteras. Mi cuerpo despierta antes de seguir durmiendo, se revienta en millones de partículas y se traduce en un cambio abrupto de órbita. Todo sucede en un segundo que fueron horas, en palabras volátiles, mudas y consteladas. La estrella fugaz que vimos cuando veníamos y no fue un reflejo en el parabrisas, fue un momento. Las palabras quedan mudas y un adiós sin ser hasta luego recorre cada nervio hasta el final de la línea, la medianoche quedó boquiabierta.

1 comentario:

Uno que mira dijo...

la medianoche quedó boquiabierta.