Tequila para la herida (el grano que queda)

Por trago amargo y envase o copa o lo que sea, te pienso ¿Y qué?, aun; ¿Y qué?. No vas a callar los gritos o pintar hip+ocritamente las rayas en los ladrillos, los trazos de mi suerte empañada.
Te pienso no como antes, espero una caída tuya o mía, entender las letras de la noche donde la copa quedó rota y las notas ya no son de música, ni de números mucho menos.
Cinco impulsos y el paso amargo por la garganta, seis, siete y el mundo que me gira tiene el olor de la menta, y de movimiento que se acciona sin que sea por mi cuenta. Pudo volarme la cabeza, mujer siniestra, me obsesiono con la ausencia y que todo calce, es una suerte.
Haber olvidado el peso tuyo en mi cuerpo, es una suerte, en mi mente.
No hay espacio para tu suerte...para tu cuerpo molesto, siniestro; lo siento, repito, siniestro.

Salud!

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