corto-de-a-dos 11-IX-08

Se metía entre arbustos, tratando de crear agujeros con la silueta de su cuerpo. No cargaba más que seis fósforos, mecate y una pala de su abuelo ya muerto. Su mayor inspiración; la fabula de aquel ratón comiendo queso, qué fácil sería si comiera hojas, o si pasara por las ramas sin jugarse la cabeza en cada salto; si pudiera escaparse del narrador que todo lo sabe sin que él lo permitiera! ¡Qué fácil!-pensaba- si tuviera poderes, si fuera mas fuerte, si hubiera llevado más herramientas... qué letanía de verbos que se convierten en una queja necia!
Pero no, todo terminaba en lo mismo, el mismo grito ahogado de cada día y la rutina que más bien se convertía en ruina recurrente, en sombras que nunca fueron agujeros por más que quisiera.
Pero la verdadera desesperación llegaba cuando miraba sus uñas que reían, tenía que comérselas para que lo hicieran en su estomago, entonces las carcajadas salían de su boca y el aserrín desbordaba de sus entrañas como quien abre el tubo y le salen las imágenes llorosas de sus ojos desorbitados…al fondo sonaba la canción de siempre, el ´´Prozak blues´´ como él le llamaba...
Y despertó. El arbusto, las ramas y las hojas no eran más que sus pensamientos, la solución estaba ahí: arrancarse la cabeza y escribir esa fatídica nota para regalármela a mí, no me queda más que transcribir sus garabatos manchados de sangre, como lo hago ahora, aunque haya querido escapar del narrador que cuenta esta historia… FIN


2 comentarios:

ViviSol dijo...

Y el sueño puso fin al cuento de la pobre criatura. Sería bueno probar con diferentes estados de ánimo, yo anoche estaba asesina.

ViviSol dijo...

Lo olvide. Me gusta mucho esta parte: "...si pudiera escaparse del narrador que todo lo sabe sin que él lo permitiera! ¡Qué fácil!-pensaba..."
Me gusta y me perturba porque me imagino siendo creación de algún escritor o escritora loc@!! Peligroso!