21-05-09

Hasta hoy le encuentro un sentido (sé que lo tenía, lo que pasa es que no sabía cuál era) a ese diagramilla que acompaña el "ars moriendi" -aquí arribita, miopes- a lo mejor miento, ni puta idea tenía de que tenía sentido y bastó con que me sintiera [mucho] más feliz en esta vida tan ajada, que ya se caía de despintada, para que lo notara.

Según uno quiera verlo (o no) lo que pasa alrededor viene a convertirse en un peso mayor, menor o simplemente diferente al peso propio (o lo que eso signifique), en términos menos complicados y sacándole el tinte de estúpidez de mis conclusiones: ésta vida es un grandísimo e hijueputa sube-y-baja. Y no uno de esos bonitos tipo fisher-price; más bien al estilo catapulta medieval: que si la situación que viene a "jugar" con nosotros se parece a esos chikitos obesísimos que sus papás intentan callar a punta de Big-Macs; nosotros por otro lado, todos flacuchos, salimos volando y pegando todo lo que se llama cara en el pavimento.

Lo más mierda del caso (y es por lo que escribo ese enredo) es que a veces no sólo es una cuestión entre situaciones-de-la-vida versus uno, sino que entran a jugar otras personas que uno aprecia. Entonces, volviendo por donde empezaba, uno que dejó de ver esta vida tan ajada y comienza a poner en marcha las comisuras de los labios recreando a duras penas aquello que se llamaba sonreír o ponerse un mariposario en la panza y pensar en lo bonito que es pensar con saltamontes agitando el páncreas hasta sentir vértigo, siento como raro saber que justo ahora, en medio de esta notable mejoría mía, otros bajonazos de esos seres hidropónicos que me rodean están pasando o pasaron y cambian las cosas.
Es justo un sube-y-baja. Hoy estoy bien y los compas puede que no. Cuando esté mal ellos bien. No dejo de convencerme de que este mundo es una mierda muchas veces. Pero hoy, tengo razones para aferrarme fuerte y hacer que ese estúpido niño cara de Big-Mac me eleve sin que me vuele y pueda ver desde ahí arriba las luces que antes no podía ver.

2 comentarios:

Uno que mira dijo...

Yo ando, más que flacucho, famélico, compa. Pero es una interpretación genial de la imagen, eso sin duda.

Esteban dijo...

La vida es un "subibaja", no un carnaval como nos lo cantaba Celia desde Miami. Saludos desde el vaivén de este "subibaja".

Saludos próximos.