NOTIENEQUEQUEDARSE 24-9-08



´´Thela hun ginjeet, thela hun ginjeet´´ les respondo vagamente mientras abro la puerta y me enfrento al sol...

-Cuando entre avise bien- me dijo con la voz más ronca que nunca- Acuérdese de tocar cuatro veces, con la pausa entre cada golpe, y si no estoy yo, le abre Calambres, pero avise bien- repetía mientras sus ojos se movían como peonzas en lo más y mejor de las apuestas humeantes de las 12.
Desde ese momento no lo volví a olvidar; esperaba no hacerlo nunca para poder entrar en la sala de siempre y sentirme maravillado con el olor a tabaco impregnado en las vigas gigantezcas de la madera más fuerte, como de algún barco que en este momento ya no fabrican.
Es un lugar que cambia cada vez, recuerdo haber entrado mil veces y nunca he sentido el mismo ambiente; cambia y cambia como si dentro de él se celebrara una ceremonia cíclica que todos llegaban a conocer por pura costumbre y que yo desconozco por desertor, por no quedarme. Fue aquí donde por primera vez descubrí que el absenta tiene más peso en la historia que cualquier otra cosa y claro, que la magia no existe ni ha existido, se llama absenta.
Los rostros más desencajados me lo cuentan, de cómo llegaron a descubrir este lugar y también de cómo nunca lograron salir, nunca quisieron. El sol, ahora tan desconocido de afuera, les evapora los pensamientos más elevados y más auténticos. Viven como comadrejas y nunca se quejan de las preguntas que carecen de sentido hechas por sus compañeros-comadreja que duermen y toman en la mesa contigua. Los colores dejaron de serlo, se transformaron en un telón triste que les permite ver donde termina y dónde empieza su apoyo vital, su referente vertical y el camino al urinal.
Todo lo observo desde hace ya muchos meses y no puedo evitar sentirme uno más aunque no me tomen en cuenta. Aunque sólo Calambres sea quien me cuente una y otra vez que sueña con convertirse en el dueño del lugar y que intentará por todos los medios; así sea que tenga que matar a alguien. Ya todos sabemos que nunca lo hará. Me cuenta de sus experiencias de joven, de cómo abordaba a las muchachas de la manera más violenta y que llegó a tener 4 mujeres a la vez. También es conocido por todos que en realidad tuvo dos, Mirta y Verónica. Mirta le pegaba y Verónica le exprimía cada céntimo y fue la que le causó la cicatriz que recorría su cara.
Los días han pasado como pasan siempre aquí, han modificado el reloj viejo y le han agregado más símbolos. Recuerdo que entre lo que para nosotros está el 2 y el 3, han puesto la imagen de un obeso ricachón comiendo un intestino; y entre el 8 y el 9 está una fotografía del policía molesto que todos odiamos por haber arrestado a la cabra tuerta del patio que colinda con la taberna, sólo para molestarnos. Y así ha sido modificado nuestro reloj, de ésta forma nunca sabemos la hora ni podemos siquiera calcularla al estar las ventanas cubiertas con ponchos vistosos y afiches de toreros con nombres y faenas que nunca existieron.
Al grupo de enfrente no le gusta que garabatee mis observaciones en el cuaderno estando en la taberna, porque me han dicho que odian a quienes se creen ´´muy artistas´´ garabateando sólo para sentirse bohemios. Yo les digo que intento copiar más bien con palabras lo que veo y nada más, a lo que responden con un buen trago, echándose hacia atrás mientras van tragando la sustancia azul, no-mágica y se duermen hasta la mañana siguiente.
Yo por mi parte saco mis conclusiones, observo y analizo cada detalle, cada palabra que sale y cada arruga en los rostros enrojecidos que gritan si llueve afuera. Lo hago cada día y no dejo de interesarme por las conversaciones de dientes amarillos y barbas desordenadas que gritan ´´¡Más, más!´´ desde el telón fúnebre. Las palabras entran y martillan con insistencia en mi cerebro, lo que queda de él.
De manera repentina despierto y caigo en cuenta, mi mente está con ella y debo salir y enfrentarme a la ausencia; aunque quiera quedarme.
´´Thela hun ginjeet, thela hun ginjeet´´ les respondo vagamente mientras abro la puerta y me enfrento al sol que me quema los recuerdos, el ambiente adentro ya habrá cambiado para cuando regrese.

1 comentario:

CaRaCOLa dijo...

Well
First of all
I couldn't even see his face
I couldn't see his face
He was holding a gun in his hand
Umm... I was thinking...
This is a dangerous place...
This is a dangerous place...

..Entonces cuando se dió cuenta estaba donde ya no estuvo más pero donde siempre ha estado aunque pensandolo bien sí estaba donde nunca estuvo pero se sentía como que si estaba cuando en realidad no estaba...MMM q lugar más peligroso