-QUE-NO-SE-OLVIDE-


27-6-08

Definitivamente...¿Cómo pude perderme tanto? Olvidaba lo que es vivir, lo que es tener risas esporádicas pero fuertes y atemorizantes cuando son. Había borrado lo que es dejar en fotografías las andanzas josefinas; aunque no queden entre químicos y papeles, aunque se echen a perder y se velen los recuerdos como películas al sol. Olvidaba andar con la gente que yo quiero, adentrarnos en tiendas multicolores, observar pescados, carne esperando el último bocado, hierbas y curry por todos lados. Abandonar la soledad, estando en lugares donde a lo mejor nadie ha estado como rincones o callejones oscuros y sonoros, que huelen a empanada o a enyucado. Pasearnos y quedar atrapados entre jaulas amarillas, entre historias y bancos encadenados. Salir, entrar, ser libre y disponer del tiempo como si se tratara de tomar lo que, en teoría, pertenece a un hermano, a una hermana y no hay restricción para tomar lo que quiera. No hay quien me detenga, cuando el día oscurezca, para rodearme de música, de humo, de ideas y de más gente auténtica. De contar uno, dos, tres y correr por la Plaza de la Democracia aunque nos persigan los perros o nos observe la noche atónita. Recordé, y pienso seguir haciéndolo...seguir a la gente que lo recuerda, quienes saben y tienen la dicha de no olvidarlo nunca, que no permiten que otros lo hagan olvidar....

1 comentario:

ViviSol dijo...

Esas cosas tan simples, algunas que suceden por error y las amamos, otras que son impulsos locos y reimos. Esas cosas simples que causan felicidades tan "llenadoras" y rapidas.