EN-UN-BUS-(también)

16-4-08
Como ver a una chiquita llorando en un bus, porque está observando el mundo por la ventana, y pregunta, y quiere saber por qué hay un señor dormido en la calle, quiere imitar el sonido de la sirena y lo hace. Grita y grita. La mamá la calla sin responder, sin sonreir y si puede, le pega con la palma mientras vuelve los ojos hacia nosotros. Quienes vamos sentados alrededor súbitamente hemos sido nombrados por ella: somos ´´jueces de sus acciones´´. Quiere agradarnos y no tiene porqué. A mi no me molesta que la chiquita imite los estridentes sonidos de la ambulancia que pasó, ni que pregunte sin parar y conozca los detalles del mundo que observa por la ventana que incluso a mí me asombran dia a día, los detalles. No me molesta, pero sí me molesta que intente agradarnos, señora!. Deje que pregunte, deje que grite y que ponga la boca en la ventana. No le enseñe a que tiene que ser evaluada por la gente, déjela dibujar formas en el vaho, no le hable nunca de microbios, eso sólo sirve para reprimirla y se olvide de los bichos. Déjela que juegue con la tierra! Déjela!

1 comentario:

Uno que mira dijo...

Propongo a los microbios como represores de los meses.